La próstata es la glándula sexual del hombre encargada de producir el semen. Es del tamaño de una nuez y se encuentra debajo de la vejiga de la orina, rodeando a la uretra. A diferencia de otro tipo de cáncer, el de próstata se caracteriza por evolucionar de forma muy lenta. El cáncer de próstata es extremadamente frecuente, aun cuando su causa exacta sea desconocida.
Según los datos facilitados por la Sociedad Española de Oncología Médica en junio de 2015, alrededor de 29.000 hombres padecen esta enfermedad cada año, lo que la convierte en la forma más común de cáncer masculino. Cuando se examina al microscopio el tejido prostático obtenido tras una intervención quirúrgica o en una autopsia, se encuentra cáncer en el 50 por ciento de los hombres mayores de 70 años y prácticamente en todos los mayores de 90, aunque gran parte de ellos no llegan a ser conscientes de la enfermedad ante la falta de síntomas reconocibles.
El cáncer de próstata rara vez causa síntomas y que suele aparecer en la zona periférica de la próstata. La presencia de síntomas se relaciona con la presencia de la enfermedad en estadios avanzados.
Los síntomas que nos podemos encontrar son los siguientes:
- ASINTOMÁTICOS: Es lo más frecuente. Se detecta por los hallazgos de un tacto rectal anómalo o por la elevación del PSA. La mayoría de los cánceres no producen síntomas.
- síntomas obstructivos y/o irritativos cuando afecta a la uretra o al cuello vesical.
- Hemospermia (sangre en el semen): por invasión de los conductos eyaculadores.
- Disminución del volumen eyaculado por obstrucción de los conductos
- Impotencia o falta de erección: por invasión de los plexos pelvianos.
- Dolor óseo por afectación metastásica de los huesos del esqueleto axial.
- Edema (inflamación) en extremidades inferiores por afectación de los ganglios linfáticos y venas ilíacas.
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